Mi ayer: sobre cuando uno no quiere que la historia termine...
Todas las circunstancias de la vida se dividen --se parecen-- a los libros; todas comienzan y terminan como capítulos...
Quizá los capítulos de este libro llamado 'nuestra relación' han sido muy entretenidos; como en todo capítulo de escritor que se respete ha habido alegrías, angustias, pesares, momentos buenos y otros no tanto, un toque de violencia --que no cae del todo mal--; y el ya maltratado por todo el mundo romanticismo que nunca falta.
Decía que había sido entretenido este libro; por lo menos he tenido la fortuna de disfrutarlo y vivirlo intensamente al lado de quien quiero; sin embargo, toda historia tiene sus 'baches' (entiéndase lapsus literario), y es entonces cuando resulta que el lector se encuentra consigo mismo y se pregunta por ejemplo si será buena idea continuar la lectura del capítulo o dar vuelta a la hoja.
María Teresa, sabes que me la paso soñando --veinticinco horas al día-- y es fácil para un soñador imaginar mil cosas de ahora en adelante; debo confesarte que no es mucho lo que puedo escribir ahora, pues, convertir lo que pienso en palabras no ha sido tarea fácil. Empero, debes saber a todo momento --dirás que lo sabías seguramente-- que esta es una empresa de los dos y que yo como años atrás te regalo lo mejor de mí para hoy, mañana y toda la vida.
Me he atado piedras a las piernas para mantenerme más bien a ras; en estos momentos sé que debo estar atento a todas las señas que me haga esta realidad llamada vida, solícito a tu mirada y todo cuanto pienses. Estoy por fin pisando firme.
Esta vida nuestra --tu por tu lado y yo por el mío-- no ha sido fácil; y aunque es cierto que la unión hace la fuerza, hemos llegado hasta a pensar que --aún juntos-- las cosas serían extremadamente difíciles; pero tranquila mami que Dios es muy grande y nos dará ya licencia para alcanzar muchas cosas cuando sea el momento adecuado.
Estoy seguro de que mañana saldrá todo bien; y no tendremos necesidad de faltarnos el uno al otro ni a sí mismos.
Vamos a hacer todo bien, tú y Jessica están metidas en mi futuro, en mis proyectos, en mis sueños y anhelos, no concibo ya verme en el mañana lejos tuyo.
De todas formas, esta firme decisión de conservarme en tu vida y en la propia no es sólo obstinación, es la respuesta a cada uno de los sentimientos que me inspiras; eres la ternura en la sonrisa de los niños que a diario veo, la calidez del abrazo del sol cuando salgo a la calle (y en esto nada tiene qué ver mi atermia), eres María Teresa todo cuanto existe en mi vida...
Santiago de Cali, 15 de Junio de 1999
Peter P@n