viernes, junio 17, 2005

A dos días del Día del Padre...

Siempre han existido en mi vida los momentos de incertidumbre; bueno, por lo menos desde hace una buena cantidad de años para acá.

No recuerdo cuándo fue la última vez que me acosté a dormir sin alguna sensación de incertidumbre acompañándome en la cama. No es que duerma mal, no. Es sólo que imagino que debe ser ideal acostarse tranquilo, con esa sensación de no deberle nada al mundo o a la vida.

Y es que estamos a dos días del Día del Padre y esa es una prueba que no siento ser capaz de superar. Mi mente es en estos momentos una maraña de suposiciones y no he logrado pensar con claridad qué es lo que debo hacer, si es que debo hacer algo (creo que debería). Pasa es que no me veo celebrando el Día del Padre.

Y eso que personalmente considero que no he tenido un mal padre; obviamente han existido bajones en nuestra relación a lo largo de la vida mía pero no como para considerar que llevamos una mala relación. Bueno, una mala relación dependiendo desde dónde se le mire.

Si en estos momentos alguien me preguntase si tengo problemas con mi papá, yo tendría la obligación de decir que no, porque en realidad es así. El problema no es la relación con mi papá; el problema es lo que yo pienso de la relación con él y las limitaciones que me he colocado con respecto a la relación que ambos llevamos (Claro que he de reconocer que mi eterno alejamiento del mundo también ha tenido mucho qué ver).

Lo cierto del caso es que hoy, a dos días del Día del Padre, no sé qué voy a hacer. No sé si llamarlo a felicitarlo (sería lo menos), no sé si ir a visitarlo o decirle que nos veamos en la calle; qué se yo. Quiero tener claro por lo menos acerca de qué puedo hablar con él cuando lo vea o cuando hablemos; nuestros temas se limitan a lo mismo siempre: Mi trabajo, mi estudio y su situación. La verdad es que no siento que nuestras conversaciones sean genuinas; cada uno habla de lo del otro como para congraciarse y minimizar la tensión.

Cómo quisiera tener una relación normal con mi papá...
Ah, y está el asunto económico que es mi mayor camisa de fuerza.

...pero eso lo trataré luego. Quizá dentro de un rato, o mañana.
O en mil años.

Peter P@n